Al sur de Coahuila, en el Pueblo Mágico de Parras, se encuentra un oasis rodeado de nogales, arquitectura histórica, minerales y viñedos. En este escenario único, Dip Arquitectos concibió una residencia que rinde homenaje a su entorno y busca despertar los sentidos. Aprovechando la riqueza del lugar, el diseño priorizó la conexión entre la arquitectura y la naturaleza, resultando en un espacio abierto que ofrece una experiencia sensorial única para sus residentes.

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Con un terreno de 2,067 m², la familia deseaba que las parras fueran el corazón del proyecto, estableciendo una conexión simbólica con el entorno. Así, se reservaron 850 m² para la construcción, dejando amplios espacios para destacar la vegetación natural. El diseño, desarrollado en dos plantas, incluye 10 habitaciones, un patio central, un jardín zen y áreas sociales de doble altura como comedor, bar y sala de estar, visibles desde la fachada frontal. Este enfoque recreativo se complementa con un área de asador, una sala exterior y una sala de juegos, consolidando la residencia como un espacio perfecto para descanso y convivencia familiar.

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Reinterpretar el espíritu de las haciendas de manera auténtica y personalizada se reflejó desde su arquitectura. Los clientes buscaban recrear la esencia romántica de las haciendas tradicionales mexicanas, añadiendo un toque contemporáneo que equilibrara lo clásico y lo moderno. Por lo que la distribución se organizó en torno a jardines centrales y áreas abiertas, estableciendo un flujo continuo desde la fachada frontal hasta el patio trasero. Concebida para una familia de cinco integrantes, la residencia también cuenta con capacidad para alojar hasta 20 personas, convirtiéndola en el escenario ideal para reuniones familiares.

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Cuatro arcos, alineados cuidadosamente con las líneas de parras del terreno, se convirtieron en un elemento distintivo del diseño. Estos arcos no solo generan un contraste visual dinámico y armonioso, sino que también integran el entorno natural con la arquitectura, reforzando la relación entre interior y exterior. Elementos escultóricos en el jardín zen y una acequia en el jardín central completan esta propuesta sensorial, diseñada para conectar a los residentes con la naturaleza. Los materiales seleccionados rinden homenaje a la región. Esta combinación de texturas, luz y diseño conecta profundamente la residencia con su contexto natural, haciendo de Parvada un refugio único en el corazón de Parras.